7 de agosto de 2012

Negro color rana

Yo. Que soy el centro del universo. Que soy superior a todos. Que deberían adorarme. Estoy sentado en un taburete en la calle. Miro a la gente como pasa y me miran extrañados, preguntándose que hace un tío como yo sentado en un taburete en la calle con un cuchillo en la mano, despeinado y descalzo. Yo, lo que me pregunto es por qué coño me miran. Si en una hora sigo aquí me pondré a sacar ojos con mi cuchillo recién afilado.
Si yo fuera famoso, antes de morir me harían una biografía. Entre otras cosas, destacarían mi afición a copular con muertos, animales, minerales, plantas (y cosas varias) y que nací hermafrodita.
Si se pusieran a investigar detalles de mi vida, descubrirían que cuando veo una rana, siento un impulso que me obliga a cogerla y abrirla en canal. Después le quito la piel y me la como, cruda. Es algo que no veo tan raro, después de todo la gente come ancas de rana y no pasa nada.
También podrían saber que tengo fobia a los negros. Sí, no es que yo sea racista, puedo soportar a un chino, un moro (de los café con leche) o a cualquier inmigrante, pero tengo repulsión hacia los negros.
Cuando yo estudiaba 3º de la E.S.O. había un chico en clase que era negro. La profesora, al ver que yo le miraba mal y lo rehuía, me sentó a su lado.
Una semana después, cuando ya no podía más, empecé a morderle las uñas, a meterle la lengua por la oreja para saborear su cera y los dedos en su nariz. Al verme la profesora me llevó a un psicólogo, alegando que tenía un problema. Pero mis padres se avergonzaban de mí (desde que nací, de hecho) y ni si quiera fueron cuando se les citó.
Años después, me gusta mirar raro a la gente, sobretodo a las chicas. Ellas me miran como si yo fuera un alienígena, la cual cosa me excita.
Es curioso, porque cuando me siento a pensar en la calle se me ocurren formas artísticas de demostrar a la gente mi normalidad y mi cordura.
Un mural en una simple pared, que ponga mi nombre...pero no como lo escriben normalmente los jóvenes de hoy en día, no, el mío sería de la sangre de todos los que me miran.
Bueno, está anocheciendo y tengo frío en los pies, así que iré a casa y me prepararé unos canelones bien gratinados mientras busco negros en un chat.
Me hago pasar por una chica guapa, los cautivo y, al no aparecer la supuesta chica, vuelven a casa. Yo les sigo, y les tiro una rana muerta a la cabeza al grito de: ¡muerte a los oscuros!







PD: todo lo que has leído aquí es pura ficción, cualquier negro que se sienta ofendido sepa que la escritora no lo pretendía, sino que quería que os suicidarais con esto.

PD2: es coña, no soy racista.